Una nueva forma de poder

En el chat se hablaba de que las imágenes son formas de poder. Así que he decidio dejarme llevar un poco por eso del poder a ver qué sale... De alguna manera siempre hay algo que dicta el poder, el libro ha dictado el poder de la comunicación durante muchos siglos desde el nacimiento de la imprenta, hoy desde el nacimiento y expansión de la red la comunicación corre despavorida del poder. A la velocidad del sonido, la información, que no es comunicación, avanza y genera comunicación, comunicación momentánea. Kress habla de un cambio de constelaciones: “ el libro y la página fueron el lugar de la escritura. La pantalla es el lugar de la imagen, es como el lienzo contemporáneo (. . .). Empieza a cobrar forma una nueva constelación de recursos comunicacionales (. . .). La antigua constelación del medio del libro y el medio de la escritura, está dando paso, y en muchos ámbitos ya ha dejado la vía libre, a la nueva constelación del medio de la pantalla y el modo de la imagen” (Kress, 2005: 14). Hay una nueva forma de poder: la imagen. No ha sido ajeno este cambio de constelaciones, retomando las palabras de Kress, a los dirigentes del mundo. De hecho, como señala Eco en su artículo Guerrilla semiológica "un país pertenece a quien controla los medios" y eso siguiendo su estela no ha pasado desapercibido ni en la realidad ni en el cine, manifestación verosímil a veces de la realidad. Son los nuevos medios los que son los encargados de la comunicación y, por tanto, del poder. Habla Eco de la importancia de los medios en sí como una ideología. El papel de los medios y su credibilidad ha calado hondo en la sociedad de tal modo que todo aquello que se lee en un medio es cierto. Por lo tanto cada medio será portador en evidencia de una determinada ideología. No creo como dice Eco que se trate de una postura apocalíptica, sino más bien todo lo contrario, de una definición de la realidad sin sombras, sin tapujos. Y aquí el problema, el punto de inflexión. ¿Quién lee? ¿Quién observa? ¿Quién recibe la información? Eco apunta de manera deliciosa que: "Si se prefiere una formulación menos paradójica, diré: La batalla por la supervivencia del hombre como ser responsable en la Era de la Comunicación no se gana en el lugar de donde parte la comunicación sino en el lugar a donde llega". Y en este punto, si estoy plenamente de acuerdo. Es necesario leer críticamente las imágenes en un mundo de poder. Tener una visión crítica es la alternativa más real al poder. Los discursos se mezclan con el poder, esto en gran medida es porque “las formas de poder y de control se vuelven cada vez más difusas y difíciles de descubrir y aparecen disfrazadas de ocio o de ofertas (…). Será necesario desarrollar un lenguaje crítico y desmitificador” (Osuna, 2007: 44). Un impacto considerable que debe ser investigado o al menos debe ser tenido en cuenta, no todo lo que se dice es verdad ni todas las verdades que se dicen lo son y más en un mundo en el que el ‘poder’ sabe el auténtico ‘poder’ de la palabras. Precisamente por esta razón debemos tener en cuenta que “el poder de un discurso mediático a menudo reside en las maneras en que puede hacer sonar alarmas de prejuicio o ideología que resultan significativas más allá del discurso de los medios” (Ferguson, 2007: 130). Por todo ello, Eco defiende ser guerrilleros de la comunicación.

En clave emocional

Hay algo que me llama poderosamente la atención. ¿Qué misterio guarda una imagen, qué conexiones mentales activa la imagen para tener el poder de cambiarnos? La imagen más simple puede estar lleno de elementos evocadores, la imagen más compleja puede estar vacía a nuestros ojos. Como podemos observar en el libro Imagen y control social: "La imagen actúa a través de las emociones, plano radicalmente diferente al racional y lo que ocurre es que transferimos los significados que esas emociones producen al terreno de lo racional y aquí no hacemos una revisión crítica de esos significados (como en el caso de los estereotipos o en la imagen publicitaria en general). Innegablemente toda imagen lleva connotaciones, positivas o negativas, y todo receptor tiene sus propias características que hacen que la decodificación de la imagen se haga desde un u otro prisma y eso lo saben los creativos y los políticos, dos de las profesiones que más recurren a la imagen en su día a día. una imagen codificada en clave emocional dice más que una imagen cualquiera. Tomemos un par de ejemplos. Hay una imagen que es especialmente significativa porque fue tomada al finalizar la II Guerra Mundial por el fotógrafo Alfred Eisenstaedt en Times Square. Ante la emoción, un marinero y una enfermera se besan apasionadamente. Nada se sabe del marinero, sí en cambio de la enfermera que, aunque mayor, recuerda el mensaje que transmitía ese beso.

¿Qué es una imagen? ¿Dónde está el poder de las imágenes?

Al ir leyendo el primer chat de la asignatura saltó la primera pregunta. ¡Zas! ¿Qué es una imagen? Nos recomiendan no buscar bibliografía, solo reflexionarlo así que... Lo primero en que uno piensa cuando a su mente viene la palabra imagen es en la recreación mental de algo físico. Una especie de representación. Podemos decir que las imágenes son representaciones de la realidad. Pero, ¿de qué realidad? La realidad es ese halo tan complejo formado por múltiples perspectivas de las cuales, a veces, se transmite u observa un determinado prisma. Las imágenes deberían ser representaciones fieles de la realidad, pero hay una palabra ligada a ellas que las transforma para siempre: la palabra poder. El término poder nos lleva a un entramado de relaciones de difícil resolución o seguimiento que nos llevan a percibir que las imágenes tienen poder y son usadas por el poder. Hay además, en las imágenes, emoción. La emoción inculca un sello propio a una imagen y, por lo tanto, unas consecuencias directas. La creación de imágenes puede modelar nuestro pensamiento. Es una arma total de carácter representativo tan importante o más que el poder la comunicación.

Reflexión inicial

La imagen me ha fascinado desde siempre. Disfruto con la cámara, siendo el ojo vigilante que todo lo observa y lo capta en su esencia. A veces, me dicen que qué fotografío... si tengo diez fotos iguales de la misma cosa... pero ninguna foto es igual a otra. Cada una capta algo diferente, algo nuevo. Así que, comienzo el diario de aprendizaje de la asignatura con unas especiales ganas, con un especial entusiasmo. El de descubrir que hay oculto en la imagen para que una sola imagen tengo tanto poder: social, emotivo, político, religioso... ¡Vamos allá!

Cedric Houin de Brooklyn. Premio National Geographic 2012