domingo, 25 de agosto de 2013

Control social e imagen. El caso Pussy Riot

Otra de las facetas en las que me quiero centrar en el blog es el control social relacionado con la imagen. Vivimos en un mundo de poder donde la imagen ha emergido como una forma más de comunicación y de poder. ¿Qué ocurre con el poder y la comunicación? Que al poder le encanta dominar la comunicación y tiene miedo de los avances tecnológicos. Kress habla de que: Los efectos del movimiento hacia la pantalla como principal medio de comunicación producirán cambios de largo alcance en relación con el poder y no sólo en la esfera de la comunicación. Allí donde amenacen con actuar cambios importantes que afecten a la distribución del poder, habrá una feroz resistencia por parte de quienes actualmente lo detentan, de tal modo que las predicciones sobre los potenciales y efectos democráticos de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación tendrán que verse a la luz de las inevitables luchas que se producirán en el futro sobre el acceso al poder. Ya está claro, tendrán las más amplias consecuencias imaginables a nivel político, económico, social, cultural, conceptual-cognitivo y epistemológico (2005: 2). La forma en que la escuela estructura la enseñanza de la comunicación es cuando menos criticable, cuando más superable y cambiable. García Matilla sostiene que “el hecho de pensar la educación sin establecer alianzas con los medios de comunicación y los sistemas de información actuales representa un derroche total y una gran aberración”. ¿Estamos conectando los medios tecnológicos con los medios de comunicación? No, no los estamos haciendo y eso hace que estemos perdiendo el tren de la renovación comunicativa en nuestros días. Kaplún destaca que “creyendo usar y aprovechar los medios, lo que aquella tecnología hizo, en realidad, fue someterse a la lógica de estos: reproducir acríticamente su modalidad unidireccional sin buscarle alternativas dialógicas”. Los medios reproducen. Según García Matilla son muchos los eventos históricos de los últimos amosque evidencian la no existencia de “vínculos directos entre el progreso tecnológico y el progreso de la comunicación entre los pueblos”. Los medios “han reproducido de forma sistemática el discurso de poder”. Según García Matilla: La propuesta desde una perspectiva de educomunicación, llevaría a reconvertir las imágenes y sonidos de todo lo acontecido desde el 11 de septiembre en una gran unidad didáctica que invitara a no olvidar el pasado, contextualizar los hechos desde una perspectiva histórica global, evitar los encasillamientos empobrecedores, y romper con aquellos tópicos y estereotipos que no sirven para enriquecer una mínima visión del mundo (en el sentido de apertura con el que se asocia el bello término alemán: “weltanschaung”), capaz de abrirnos a un conocimiento más objetivo y distanciado de la realidad. En este proceso hay un punto de partida claro que ha de ser el de la deconstrucción. Los medios reconstruyen y vuelven a construír desde su óptica envenenada de poder la realidad. Al espectador, tal y como se concibe, le quedan dos cosas: jugar a su juego y creerselo y o bien jugar a su propio juego y jugar a la deconstrucción para llegar a la otra realidad, la realidad primigenia. No basta con entender la realidad porque "la captación de la imagen se realiza en primer lugar a través del ojo y después a través de los medios de comunicación (Aparici, 2009). REFERENCIAS: APARICI, R, GARCIA MATILLA, A. , FERNANDEZ BAENA, J. y OSUNA, S. (2009): La imagen. Análisis y representación de la realidad. Barcelona. Gedisa. CASTELLS, M. (2009): Comunicación y poder. Madrid. Alianza Editorial. KRESS, G. (2003): El alfabetismo en la era de los nuevos medios. Málaga, Aljibe. Analizemos ahora un caso de control social. El caso Pussy Riot Un grupo punk-rock salta a los medios después de cantar una canción en contra de Putin en la catedral de Moscú. En la canción se hace una llamada a las fuerzas divinas para que se lleven a Putin. De hecho, como se ve en el vídeo, se arrodillan ante el altar y se santiguan. Fueron condenadas a dos años de cárcel. Numerosas voces del mundo de la música y la sociedad emergieron en su defensa como el caso de Paul McCartney, Madonna, Sting, Patty Smith, Red Hot Chili Peppers, Faith no More, Yoko Ono entre otros muchos. Sin embargo, también surgieron voces de condena desde los sectores más férreos. Los dirigentes de la iglesia ortodoxa y el gobiernos alzaron sus voces en contra. Veamos la prensa como lo ha visto:

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